miércoles, 12 de septiembre de 2018

Seis días sin reír...

"Un día sin reír es un día perdido".

(Charles Chaplin)




Hasta hace muy poquito creía que la risa de un niño era una de esas cosas de la vida que no tienen precio. Y aunque la frase es buena, resultona y dicha en según qué circunstancias suene la mar de bien, caí en la cuenta de que no siempre es cierto y que a veces soltar esa carcajada puede costar dinero.


Página web de Pallapupas y mi nariz de payaso.


La pasada semana tuve una conversación telefónica con Albert, miembro de Pallapupas, asociación que, con su nariz roja, llena de buen rollo y optimismo las habitaciones de los hospitales infantiles de Barcelona. Fueron, las de este payaso de hospital, palabras profundas, sinceras y en alguna ocasión con un atisbo de voz quebrada al otro lado del teléfono, que consiguió emocionarme. Albert me explicó en qué consiste Pallapupas y su labor dentro de los centros hospitalarios junto a los más pequeños, a nuestros mayores y a personas con enfermedades mentales (os invito a visitar su web para saber más sobre ellos): "Los payasos de Pallapupas no somos voluntarios. Todos los miembros de la organización tenemos formación sanitaria. Tratamos un tema muy delicado como es la enfermedad de un niño. Estamos con ellos en momentos difíciles, junto a sus familiares, e incluso los acompañamos al quirófano para evitar que el pequeño sufra la frialdad que de por sí conllevan las salas de operación. Un gesto a destiempo o una palabra desafortunada en un momento puntual podría crear un efecto adverso para los familiares o para el niño. Necesitamos estar formados, no podemos arriesgarnos a que esto suceda. Debemos ser profesionales, sin dejar de lado nuestro cometido: que es hacerles reír".


A día de hoy los Pallapupas pueden trabajar los siete días de la semana cuidando e ilusionando a muchos niños y niñas del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, cosa que está muy bien. Pero por falta de recursos económicos, la Doctora Apiretal, Súper Apósito, el Doctor Gota-Gota y el resto del equipo de actores, tan solo pueden asistir un día a la semana a otros centros hospitalarios de la ciudad. Eso es muy poco tiempo. En estos centros, quedan seis largos días en los que los payasos de hospital no pueden estar presentes y por lo tanto, seis días en los que no pueden hacer reír a ningún pequeño: "Queremos estar en más centros y poder hacer reír a más niños, no solo de este hospital. Y para ello necesitamos más colaboración, más personas que periódica o puntualmente formen parte de Pallapupas con sus aportaciones". 

Para formar parte no es indispensable que hagáis un gran donativo, hay muchas maneras de ser partícipe y toda ayuda, por pequeña que sea, será muy grande. Podéis comprar productos en su tienda solidaria, como libretas, pulseras o camisetas. Podéis hacer un donativo, de 27 euros por ejemplo, y hacer que gracias a vuestra colaboración un niño o niña pueda ir acompañado por uno de sus particulares doctores al quirófano. O podéis, y esta sería una de las mayores alegrías para Pallapupas, haceros padrinos por solo 10 euros al mes.

En la medida de vuestras posibilidades, colaborad. Estaréis haciendo algo muy bonito y gratificante. Yo ya lo hice, y espero que me expliquéis (aquí o en redes) las sensaciones de saber que con vuestra aportación lo acabáis de hacer realidad y habéis conseguido que, al menos un día con su correspondiente risa, no lo hayamos dado por perdido.

Web: http://pallapupas.org/es/organizacion/
Correo: hola@pallapupas.org
Telf: 93 345 59 13

martes, 4 de septiembre de 2018

Agosto

"El 26 de agosto de 1978 nuestro país fue noticia: Sigmund Jähn, ciudadano de la RDA, era el primer alemán en el espacio. Aquel día todo empezó a ir mal en nuestra familia".

(Good bye, Lenin!)



Amo el mes de agosto.

Permitidme que escriba sobre él aun estando ya a principios de septiembre. Porque lo amo con locura, a este mes de agosto ya pasado y a los otros treinta y nueve que vi terminar antes que él. Aunque de los cinco o seis primeros casi ni me acuerde. Nací un 26 de agosto, quizá esto sea un valor añadido, pero no sólo por ello amo este mes. Lo amo por muchas más cosas. Agosto es duelo y es bienvenida, una de ellas de manera irremediable. Las primeras brazadas con manguitos en la piscina de mi tío, aunque también las dos horas de digestión por fuerza mayor. Es la siesta de los mayores y las últimas páginas de mi cuaderno Santillana. Fue también mi primer intento de beso, pero no el último, espero. Es el tiempo de descuento y los días largos de patadas al balón y rodillas sucias. Un helado de hielo de veinticinco pesetas y otro de chocolate de cuarenta y cinco. Agosto es, fue y será todo esto. Y los años no hacen más que ensalzar su aroma a limón en mi memoria como un frasco de perfume destapado.

Un agosto en Campelles, mi enano de jardín y yo

La cita con la que doy inicio a este texto no es más que otra casualidad en la fecha, como la música que la acompaña (la maravillosa "Summer 78" del gran Yann Tiersen), como el nacimiento de Cortázar o el cuadragésimo segundo cumpleaños de mi vecino del entresuelo. Todo va unido por la magia de este mes de seis letras llamado agosto. Agosto es estar impaciente por preparar las vacaciones, pero también nervios de impotencia por tener que trabajarlo. Celebrar los aniversarios en familia y, en ocasiones, hacerlo solo. Es enano de jardín y abeto. Contradicción y sintonía. Verdad y mentira. Sombrilla y paraguas. Sol y nube. Blanco y negro. Es quizá el mes que más rápido pasa aun teniendo treinta y un días. Y ya en los minutos de añadido he querido escribir sobre él, porque lo amo y porque me sentía en deuda. Por lo mucho que me ha dado y por el otro tanto que me ha quitado. Un resumen de la vida en cinco semanas. Con su principio y, sin la más mínima tregua, su final. La agonía de la lluvia empezando a encharcar las aceras, la preocupación de los árboles viendo perder sus primeras hojas o la nostalgia del invierno decorando de lucecitas los balcones. Nada de ello hará, que para mí, sin querer faltar a otros meses, todos los días siga siendo agosto.